jueves, 7 de enero de 2010

La lengua muy larga y la falda muy corta....



Me asuste al verte por primera vez en ese bar: tan perfecto, tan elegante, con esos ojos tan penetrantes, clavaste tu mirada en mis ojos, mi mesa llena de cervezas un cenicero rebosante de cigarros, yo siempre tan caótica, desordenada, con ese punto de locura que poco a poco te contagie, me asustaba todo lo que me decías y lo poco que me costo enamorarme de ti, me acojonaba despertarme en tu cama y me asuste el día que lleve mis maletas a tu casa, me gustaba pasearme desnuda ante tus ojos mientras pintaba las paredes de entonces "nuestra" casa, me gustaba cocinar durante toda la tarde, que todo me saliese asquerosamente malo y que aun así intentases poner la mejor cara para reconocer mi esfuerzo, me encantaba tumbarme a tu lado en la cama mientras leíamos la misma revista y leer por encima de tus ojos lo que mas te interesaba, me acojone al verte tan enganchado de mis locuras y al ver que lo querías compartir conmigo, no te importo casarte en las vegas porque siempre había sido mi sueño, siempre había sido tremendamente autodestructiva, misógina, desordenada, caótica, complicada, confusa, avariciosa, egoísta, bipolar, nociva y altamente perjudicial para la salud, tuve que armarme de valor, recoger los trozos de mi corazón para poder reconstruirlo, para poder marcharme para poder dejar de desajustar tu ordenada vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario