lunes, 9 de noviembre de 2009

El chico tan raro del bar.....


Salio de casa cogió su moto y acelero intentando escaparse al fin del mundo, 180, 190, 200 kilómetros por hora mientras nota como el viento golpea su cara mientras siente que si, que esta encontrando la libertad deseada, mientras siente que esta llegando al fin del mundo y que nada puede detenerle, cuando por fin cree que esta lo bastante lejos de casa como para que nadie le conozca detiene su moto, entra en un bar pide una cerveza y se sienta en una mesa a ojear un periódico de hace 2 días, de repente se abre la puerta, entra una chica de unos 22 años pero el no presta atención, pide un café y se gira en busca de una silla libre, se acerca a el ¿Perdona esta ocupada? el niega con la cabeza a la vez que levanta la vista, por un momento se queda sin aire, sin saber que decir, asique simplemente sigue negando con la cabeza, ella sonríe con una sonrisa perfecta y se lleva la silla a una mesita que esta en una esquina, el la observa desde su sitio como abre el sobrecito del azúcar, como lo vierte en su café y como lo remueve, ella saca un libro y comienza a leer, tímidas sonrisas van apareciendo en su cara, da el ultimo sorbo a su café, se levanta y sale del bar, con su sonrisa perfecta y ahora también con sus perfectas piernas, el se queda embelesado, no puede hacer otra cosa que levantarse y seguirla, la ve en su coche parada en un semáforo, se pone a su lado, ella no tiene ni idea de que es “ese tipo tan raro del bar”, la sigue hasta su casa o la que el cree que es su casa, y se queda ahí en su puerta sin atreverse a hablarle, de repente y sin darse cuenta amanece, han pasado horas y el seguía intentándose convencer de llamar al timbre y decirle: Perdona esta libre tu cama? de repente la puerta del garaje se abre, sale ella con su coche el se esconde justo a tiempo para que no lo vea y cuando ella ya ha avanzado unos metros monta en su moto y comienza a seguirla de nuevo sin saber si esta vez va a atreverse a preguntar, llega a un edificio alto, perfecto, el se detiene unos metros mas atrás que ella, la ve bajar de su coche con un maletín, ira a trabajar piensa, la espera hasta la hora de la comida, de repente se abre la puerta y aparece, lleva una falda negra ajustada, una camisa blanca que deja lugar a la imaginación y que el por supuesto imagina, y un pañuelo verde en el cuello, monta en el coche y se dirige de nuevo a casa, el la sigue y vuelve a quedarse ahí pensando, mañana volveré a la hora en la que ella sale de casa para ir a trabajar y si, mañana me atrevo, pero de repente la puerta se abre, y sale esta vez andando el intenta arreglar el carburador de su moto en un acto desesperado porque ella no se de cuenta de que es “el tipo raro del bar”, la mira sus piernas parecen no tener fin con esos tacones negros, lleva una maleta en la mano, piensa donde ira, y no puede evitar seguirla de nuevo, llega a la vieja estación y ve que ella se sienta en un banco a esperar su tren o a saber que espera, ni siquiera sabe eso de ella, se sienta en el banco de detrás, escucha que la llaman al móvil, Hola, si me voy ahora y volveré el lunes, cuando llegue nos veremos. Espera a que ella suba al tren y se marcha, sabiendo que el lunes no podrá evitar la tentación y volverá a esperarla, es un fin de semana largo, demasiado largo pero al fin llega el lunes, se dirige a la estación y se sienta en el mismo banco de siempre, llega un tren y de repente ahí esta ella, baja con su perfecta sonrisa y con ese pelo oscuro que parece coquetear con el viento, hasta de eso el siente celos, y así pasan las semanas, el intentando atreverse y ella sin imaginar que alguien anda perdiendo la cabeza por ella, de repente un jueves como otro cualquiera se dirige a la estación, el piensa que va mas cargada de lo normal aunque no le da mas importancia, llega el lunes y como otro cualquiera esta a la misma hora en el mismo banco, pero hay lago diferente, hoy si hoy va a atreverse lo tiene decidido, llega el tren el se levanta y se acerca a la puerta, van bajando pasajeros cada uno con su propia historia, de repente el vagón queda vació, y ella no ha bajado mira las demás puertas, quizá hoy haya decidido bajar por otra, pero nada ella no aparece, el vuelve al banco de siempre, se sienta y se lamenta una y otra vez por no haberse atrevido, por no ser lo suficientemente valiente, y se queda ahí sentado esperando por si ella decide regresar algún día, pero no, su ilusión no regresa, ya no le queda otra cosa que hacer que maldecirse por no saber aprovechar esas ocasiones que pueden cambiarte al vida.

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