viernes, 13 de noviembre de 2009

La chica del tirso.....


Deboraba libros basados en historias de amor ficticias y tras terminar de leerlos se apresuraba a la librería mas cercana a comprar uno de esos estúpidos libros de autoayuda, para lograr despojarse de esa sensacion de que sus pies se estaba hundiendo en el barro al comprender que su vida no tenia el mas mínimo parecido con sus libros, entonces comprendio que era mejor dejar de leer ese tipo de libros , que ella nunca había creído en el amor y que no iba a comenzar a hacerlo ahora por un simple "principito azucarado" que únicamente existía en los libros, ella simplemente tanteaba el terreno de juego y cuando creía que alguien se podía encaprichar con ella se marchaba sin dejar rastro, ella solamente andaba a la caza de unos brazos y un cuerpo que le diesen calor una vez a la semana y luego que ese cuerpo caliente no la abrumase con mensajes, llamadas y preguntas cargantes, cada noche se beneficiaba de quien quería y al día siguiente se agazapaba en un rincón para que nadie pudiese encontrarla, continuamente tenia que escuchar criticas de quien mas tenia que callar, pero alguien una vez le obsequio con unos tapones para los oídos y un escudo "anti-mirones" recuerda la noche que lo conocio ella ni siquiera se había percatado de su presencia pero el había clavado sus ojos en ella desde el primer momento, por un momento pensó decirle que la quería pero se dio cuenta de que so no era lo que ella buscaba, así que se acerco y le ofreció una noche de "sexo desenfrenado" ella aprobó su propuesta y o dejo perderse entre sus piernas , era diferente a todos los demás le prometió que no la llamaría al día siguiente y así lo hizo, se encontraban de vez en cuándo y por supuesto de imprevisto,por supuesto ella le concedia el placer de perderse entre sus piernas y el simplemente disfrutaba.Sin embargo un día descuido uno de esos tapones que alguien le regalo y comenzo a prestar oídos a lo que la gente murmuraba y por alguna extraña razón que ella misma desconocía, comenzo a importunarle, entones escucho, "el se ha enamorado de ella", "la espera todos los días en el mismo bar", "cuando se encuentran por supuesto que no es de casualidad", "ella le esta haciendo daño". Entonces decidió reunirse con su cabeza, se dio cuenta de que ella no estaba dispuesta a enamorarse, pero que tenia la potestad de fingir un " amor imposible" al fin y al cabo jamás había sido una nefasta actriz de esta manera siguió regalando el calor de sus piernas a cientos de actores y fingiendo un " amor imposible" con el. Cerro siempre el telón antes de que sonaran los aplausos y nunca subasto su corazón entre ningún "principito azucarado".

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